Prevención de Incendios
Saber cómo actuar antes, durante y después de un incendio es fundamental para proteger tu vida y la de los demás.
ANTES (Prevención en el Hogar)
Instalá detectores de humo en pasillos y cerca de los dormitorios, y verificá su funcionamiento una vez al mes.
Tené al menos un extintor de incendios (tipo ABC) en un lugar accesible, y asegurate de que tu familia sepa usarlo.
No sobrecargues las instalaciones eléctricas ni uses cables dañados o 'zapatillas' en exceso.
Nunca dejes la cocina desatendida mientras cocinás, especialmente si usás aceite caliente.
Mantené estufas y calefactores a más de un metro de distancia de cualquier material combustible como cortinas, muebles o ropa.
Almacená líquidos inflamables (alcohol, solventes) en lugares frescos, ventilados y lejos de fuentes de calor.
Mantené limpias las campanas de la cocina y los filtros de los secarropas para evitar la acumulación de grasa y pelusa.
Nunca dejes velas encendidas sin supervisión. Apagalas siempre antes de salir de una habitación o de irte a dormir.
Apagá bien las colillas de cigarrillos y nunca fumes en la cama.
Hacé revisar la instalación eléctrica y de gas por un profesional matriculado, especialmente en viviendas antiguas.
Elaborá un plan de escape familiar con un punto de encuentro exterior y practicalo al menos dos veces al año.
DURANTE (Acción y Evacuación)
Mantené la calma y alertá a todos en la casa gritando '¡Fuego!'. Activá la alarma si la tenés.
Si el incendio es pequeño, intentá apagarlo con el extintor. Si se extiende, tu prioridad absoluta es evacuar.
Si hay humo, agachate y gateá. El aire más respirable y fresco se encuentra cerca del suelo.
Antes de abrir una puerta, tocá la superficie con el dorso de la mano. Si está caliente, no la abras y buscá otra salida.
Cerrá las puertas a tu paso para contener el avance del fuego y el humo, pero sin usar llave.
Jamás uses los ascensores durante un incendio. Utilizá siempre las escaleras.
Si tu ropa se prende fuego, no corras. Detenete, tirate al piso y rodá sobre vos mismo para apagar las llamas.
No pierdas tiempo buscando objetos personales. Tu vida y la de tu familia son lo único irremplazable. Salí lo más rápido posible.
Si no podés salir, encerrate en una habitación, bloqueá la entrada de humo con toallas húmedas bajo la puerta y hacé señales por una ventana.
Ayudá a evacuar a niños, personas mayores o con movilidad reducida, pero sin poner en riesgo tu propia vida.
Una vez afuera, dirigite al punto de encuentro y no reingreses al inmueble por ningún motivo.
DESPUÉS (Seguridad y Pasos a Seguir)
Llamá inmediatamente a los servicios de emergencia (Bomberos al 100, Policía al 911) desde un lugar seguro.
No reingreses al inmueble hasta que los bomberos lo declaren oficialmente seguro, incluso si el fuego parece extinguido.
Si hay heridos o personas que inhalaron humo, pedí asistencia médica de inmediato, aunque parezcan estar bien.
Alejate del lugar del incidente para no interferir con el trabajo de los equipos de emergencia.
Informá a los bomberos si tenés mascotas que no lograron salir. Ellos están entrenados para rescatarlas si es posible.
No intentes reconectar los servicios de luz, agua o gas por tu cuenta. Esperá la autorización de los profesionales.
Una vez en un lugar seguro, contactá a tus familiares y amigos cercanos para informarles que estás bien.
Contactá a tu compañía de seguros lo antes posible para iniciar los trámites y documentá los daños si es seguro hacerlo.
Buscá un lugar seguro donde alojarte temporalmente. Pedí ayuda a familiares, amigos o a los servicios sociales.
Colaborá con la información que te soliciten los peritos de bomberos y la policía para determinar la causa del incendio.
Buscá apoyo emocional. Vivir un incendio es una experiencia traumática. Hablar con profesionales o seres queridos es fundamental.